miércoles, 10 de diciembre de 2008

"Así es la vida"

“Así es la vida”

(CORO)

Que te quise demasiado... y que nadie te ha querido como yoooo
Así es la vida
de caprichosa
a veces negraaa
a veces co...lor rosa
Así es la vida
jacarandosa
te quita te pone te sube te baja y a veces te lo da
Así es la vidaaa!!!


Escuchaba la rola al volante, a mi lado, mi ahora ex-novia miraba por la ventana. Los altos arboles de la reserva creaban un arco en la carretera, era un paisaje de los que se aprecian en sueños. Comencé a tararear el coro. Ella miraba con ojos llorosos al infinito. Quien lo diría, tan solo hace unas horas éramos la pareja ideal, cuatro años de noviazgo a la basura, el anillo en mi bolsillo y el adorno floral en mi cajuela se pudrirían en su lugar. Quien lo diría, semanas de planeación, semanas sin dormir para tenerlo todo listo, se irían a la basura por un detalle, un error en mi plan maestro. Ahora solo me rió. Me rió de mi mismo, así es la vida, mientras ella se lamenta, a mi me causa gracia, ahora me da igual, el obtener una respuesta que uno no busca, ¿qué puede cambiar?, ¿acaso todo? En mi caso, una broma lo a cambiado todo, un error, una falla, una pequeña fisura demolió el rascacielos de mi amor. Una vida que creí bien forjada, con cimientos perfectos, hoy, hoy se desmoronan, se hacen añicos, dejando mi vida en ruinas. Lo inexplicable, es porque ella mira por la ventana y yo, rió de su desgracia, de nuestra desgracia. Quien lo diría, hace tan solo unas horas, éramos la pareja ideal.
Y se preguntaran que a llevado a esta ex-pareja ideal a terminar de camino a casa en lugar de estar festejando el compromiso, se preguntaran porque ella mira por la ventana y yo tarareo una canción popular. Son muchas preguntas claro está, pero, son dos horas de viaje de regreso y ya que dudo que ella salga de su transe les contaré lo que hace unas horas me paso.

2 horas antes

-Ya dime Manuel.
-¿Qué quieres que te diga?¿Lo bella que te ves?¿Lo bella que me pareces? O acaso, quieres que te diga lo perdidamente enamorado que estoy.
Se ruborizó ante mi halagante comentario. Era sencillo para mí, esa clase de comentarios me nacían de lo más profundo de mi ser, creo yo que soy una clase de poeta del siglo pasado. No pude evitar el sonreír al verla sonrojarse.
-No eso, eso ya lo se, quiero saber, a donde vamos.
-Ahhh. Dije fingiendo un tono de molestia. Y arruinar la sorpresa, ni lo creas.
-Vamos, dime, que te cuesta.
-¿Quieres que te diga que me cuesta? Eso si te lo puedo decir, tres mil pesitos, y eso porque es de un amigo de tu suegro.
Cuando Leonor se aferraba a algo no lo soltaba hasta conseguir lo que quería, era algo que me fascinaba de ella, algo que me hacia estar más enamorado de ella, si es que eso es humanamente posible. ¿Cómo me daba cuenta?, pregunta tonta, cuatro años de noviazgo te llevan a conocer a tu pareja, además que la actitud de Leonor era de cruzar los brazos y apretar los labios, igual que una niñita pequeña haciendo una rabieta, exigiendo una muñeca o una blusa nueva. Bueno, que decir, de esa niña caprichosa me enamore, por suerte ahora se mantendría callada el resto del viaje, y mientras yo disfrutaría de su rostro y de su molestia. Ja. Lástima que se topo con alguien más resistente que el más fuerte de los metales, inmune a sus ojos verdes, inmune a sus cabellos color caoba, inmune a su natural encanto, inmune al peor de los venenos para el hombre, una mujer bella.
Por suerte ahora que ya era un as al volante mi padre me había cambiado el viejo mustang por mi porsche convertible, de un azul obscuro electrizante. La velocidad le venia bien, y el que yo no tuviera la mano ocupada en las velocidades, la pose lentamente sobre la de ella.
-Me perdonas.
-Aun no, tendrá que ser muy bueno lo que hayas preparado.
-Lo será, lo será.

La media hora faltante la pase con mi mano ocupada en sus cabellos, en su cuello, en su oreja, fingiendo no distraerme del camino porque eso la ponía de nervios. ¿Cómo era posible, que alguien tan alegre y loco como yo se hubiera enamorado de ella? ¿Tan bella sería? Sí, en parte, por otro lado, antes no era así, en el último año algo había cambiado, y yo, después de tantas noches sin dormir, descifre, que la cura sería declararle mi amor.
Salí de la carretera para entrar a un camino de tierra. En pocos minutos llegamos a una casa a orillas del lago.
-Que bonita casa.
-Te dije que te gustaría.
-¿Me compraste una casa?
-No tonta, ahí pasaremos el fin de semana.
-¿Si? Su rostro mostraba una enorme emoción, pero, hasta ahí llegaba, y eso me hacia sentir como médico con esposa que muere de una enfermedad incurable.
Un camino de piedra volcánica llevaba a la lujosa casa, un contraste de piedras, madera y enormes ventanales daban forma a una belleza arquitectónica. Busqué entre las llaves la de la entrada, Leonor estaba impaciente, nos cambiaríamos y luego saldríamos a pasear, donde le mostraría la sorpresa, no me aguantaba las ganas de ver su rostro, deslumbrante ante el anillo.
Nos cambiamos de volada, intente animarla para que no se quedara contemplando los detalles de la casa, las pinturas, las imágenes, las fuentes, las peceras, las jaulas de aves y toda clase de excentricidad que mi tío guardaba en su casa de verano. No aguante el besarla cuando vio el guardarropa que le había conseguido, cuando logre zafarme de sus garras lo demás fue pan comido, la saqué con los brazos en su cintura susurrándole cantos al oído, yo no me cansaba de halagarla ni ella de escuchar mis halagos. Habíamos nacido el uno para el otro, ahora si, la alegría se dibujaba en su rostro, había desaparecido esa melancolía anterior.
Una vez lejos de la casa agarre su mano con fuerza y arranque a correr.
-Cuidado, no tan rápido, llevo tacones.
-Yo te lo advertí, ¿me hiciste caso? La tomé de nuevo por la cintura y me la lleve a los brazos. La besé de nuevo. Se fuerte, no falta mucho.
Ya era casi medio día, el haber madrugado valió la pena. El plan saldría de maravilla, la tenía donde quería, ahora tocaba la parte difícil para ella, la parte placentera para mí. Hacerla sufrir, para luego conquistarla. Un sufrimiento que me mataría, pero no duraría mucho, solo era para tenerla en mis redes y luego, y luego soltarla.
-Y ahora que Manuelito. Dijo con ojos resplandecientes, dejando que el viento meciera su pelo.
-Vamos a jugar a las escondidas.
-No seas..
-1,2,3…
-Manuel.
-6,7,8…
-¡NOOO! Comenzó a correr entre risas. Dejé la posición y me lancé sobre su mochila, rápidamente puse manos a la obra a la siguiente parte del plan, todo dependía de encontrar su celular, si fallaba, simplemente perdería una parte de la sorpresa, nada de que lamentarse, tenia un plan de escape. Lo encontré, me coloque a un lado mirando hacia donde se había ido.
Pasaron por lo menos cinco minutos para que apareciera molesta entre los arbustos.
-Yo así no juego…
No termino, abrió de una manera descomunal los ojos. Era el momento de iniciar.
-No lo puedo creer, ¿desde cuando?
No contesto de momento, o el plan había resultado, o algo no andaba bien.
-Desde cuando, ¿desde cuando que?
-Ya lo se Leonor, no lo puedo creer, ¿que te hice?
-No.. no es lo que crees, te lo juro.
-Entonces que es, dime que es por favor.
Comenzó a lagrimar, algo de verdad no andaba bien, ahora yo era el asustado.
-Leonor, dime que no.
Mi broma había resultado en una pesadilla de colosal tamaño. Las manos me temblaban, pequeños temores que intenaba ignorar comenzaron a aflorar en mi mente como el peor de los venenos. Leonor se dejo caer al suelo.
-Yo no quise.
-¿Cómo que no quisiste? Leonor, ¿Qué has hecho? ¿Dime? Había perdido por completo el control, ahora me encontraba de pie, gritándole, viendo como mi amada temblaba del dolor infligido por mi voz.
-No Leonor, por favor desmiénteme, solo era una broma. Quería comenzar a llorar, quería que la tierra me tragara, pero, algo lo evitaba, algo me decía que esto debía pasar. Tomé fuerza, recupere el control, de nuevo era yo.
-¿Quién? De nuevo era yo.
Ella lloraba ahora sin parar. Un sollozo apenas audible. El verla así, ahora humana, bajada del pedestal divino en el que la tenia me dejo ver claramente, verla a ella y a la realidad que llevaba con ella. Esa mirada que había perdido, la tenia por alguien, yo lo había ignorado, era mi mejor amigo, no era capaz, nuestra amistad era mas vieja que mi noviazgo, el sabia todo lo que sentía, pero ahora lo veía claro. Mi amigo, mi gran amigo, el que había estado en las buenas y en las malas, últimamente había sido muy cercano a Leonor, yo era el novio, pero el, el era el amigo, el respaldo, el que siempre sale lastimado, el que sale perdiendo, pero en este caso el era el que sostenía en manos el trofeo.
Ya no quise decir nada, me sentía vacio, pero a la vez, el saber la verdad me dejaba respirar, me dejaba vivir, me dejaba ser yo, ahora, libre.
-Deja de llorar, no es para tanto.
-¿No es para tanto? ¿Cómo que no es para tanto? Tu has sido tan bueno, y yo ni esto pude ocultar.
-Te perdono Leonor, dale gracias a lo que siento por ti.
-No, no me perdones, no lo merezco.
-Vámonos Leonor, no quiero llegar tarde a la ciudad. Guardo silencio, se tragó su llanto, era claro que no esperaba mi perdón, pero acaso, después de estos años no me conocía, yo no era un cualquiera. Yo era diferente. Ella me acababa de apuñalar y antes de que acaso terminara yo ya la había perdonado. Yo la conocía muy bien, pero ella no a mi. Yo lo sabía todo de ella, sus gustos, sus sentimientos, y ella de mi, nada, no me conocía, era un extraño, un completo extraño.
Y esa, esa es la respuesta, el porque después de cuatro años yo tarareo, y ella desolada mira por la ventana, el cuchillo con el cual me apuñalo lo tiene ahora en su corazón. Yo no le deseo lo peor, tampoco es para desearle lo mejor, pero, soy yo. Despues de cuatro años de vivir por ella, ahora soy libre, vivo para mi, no para nadie más. Ahora cambiare de pagina. ¿Así es la vida no? Caprichosa, a veces negra, a veces color rosa. La canción termina, escucho a los comentaristas, pondrán una conocida de los Beatles. Comienza a atardecer, comienza la canción.



Yesterday, all my troubles seemed so far away.
Now it looks as though they're here to stay.
Oh, I believe in yesterday.

Suddenly,
I'm not half the man I used to be,
There's a shadow hanging over me,
Oh, yesterday came suddenly.


Hay que saber dejar atrás el ayer, para vivir el hoy. No importa el dolor, siempre abra algo nuevo al correr la pagina. La ciudad queda cerca, con la mano libre juego con su cabello. La luna se alza en el horizonte. Las lucez de edificios y casas comienzan a encenderse.
-Te perdono .