miércoles, 16 de diciembre de 2009

“Colapso invernal”

“Colapso invernal”
Creí ser alguien que nunca fui.
Soñé con ser alguien que nunca seré.
Observo a través de mis recuerdos, el viento de ideales perdidos me refresca el ser, el cielo se nubla en un horizonte de ideas vagas sin forma, un grupo de trabajadores pican ideas tratando de darles forma cerca del horizonte. Veo sin ver una realidad que creo que es pero no lo es, pienso en que fue algo que ni hoy ni mañana será, llegue a pensar ilusamente que si ayer lo fue, hoy los sería, pero me equivoqué, lo pague y lo pagaría caro, pues ya no es, no fue, ni será.
Una nueva brisa acaricia mis pensamientos, me relaja, me deja poner en orden el colapso mental que se ha formado, un tornado que destruye y da nueva forma, aspiro para finalizar en un suspiro interminable lleno de súplica, tristeza y soledad.
¿Qué será de lo que no fue?
¿Qué fue de lo que nunca será?
¿Acaso fue lo que nunca sería para llegar a lo que es y no será?
Soy hoy lo que nunca fui, lo que nunca soñé con ser, algo en lo que nunca creí. Entonces, ¿acaso soy lo que nunca fui ni seré? ¿Llegue a ser eso que esperaba ser aunque nunca fue? ¿Acaso soy? ¿Soy lo que fui sin ser? La respuesta es que siempre fui mas nunca quise serlo aunque supiese que no lo sería, quise ser lo que nunca fui, viví para morir, morí para vivir en busca de ese mundo irreal, que en su caos se entiende y se encuentra en la perfección. Esa lucha entre eternos, sueños e ideales, oren y caos, lo real en busca de esa perfección que lo llevará a alcanzar lo irreal. Carece de sentido el pensar si soy acaso lo que nunca fui ni soñé con algún día llegar a ser. Seré quien soy, soñaré con ser las carencias de las que padezco, viviré para soñar lo que nunca fui, lo que seré y no seré. Viviré para soñar en que creo ser lo que soy y lo que nunca fui, ahora comprendo que siempre fui lo que soy sin ser lo que fui.

"Soy sin ser lo quenunca fui"
Mario Ovies Gage

domingo, 13 de diciembre de 2009

Botellas, vasitos y más.


Botellas, vasitos y más.





Una botella, un vasito, el licor que lo llena. Tomo el vasito, lo llevo a mi boca, lo tomo de un trago, el alcohol quema mi garganta y cae vertiginosamente hasta llegar a mi estómago. Aun no me siento bien, los problemas siguen ahí, siguen siendo libres dentro de mi cabeza, deseo desaparecerlos, hacerlos a un lado, nec esito repetir el proceso para acabar con aquella soledad que me atormenta. Tomo la botella, lleno el vasito, lo agarro y vuelvo a tomar de él, lo vacio de un solo trago, lo asiento y se que necesito más.

Sigo sin sentir nada, necesitaré unos cuantos más para alcanzar la compañía que tanto deseo. Una botella, un vasito, el livor que lo llena. Una, dos, tres, cuatro, trato, ¿trato?, ¿a quien trataba?, a sí, cinco, tseis veces repito el proceso. Tomo una y otra vez, pero efecto no hace, sintiendo sigo de la realidad su peso, por acabarse la botella está, nueva se suponía que ésta era, alguien tomársela debió sin que cuenta yo darme. Voy por otra, algo de Vodka, en honor a mi esposa. ¿Tengo esposa?, ¿o acaso es el Vodka? La botella, un vaso, dos vasos, tres vasos, esta vez brindaremos todos, la gloria llena los vasos como una cascada de relucientes colores, tomo uno de los vasos, brindo por la vida, tomo otro vaso, brindo nuevamente por la vida, con el tercero y el cuarto brindo por el buen vodka, aunque los problemas sigan por ahí, sospecho que ellos fueron los que se tomaron el Vodka, ¡ya no queda! Pero, se acordaron de mí y me trajeron el Tequila, ¡la fiesta puede continuar! ¡VIVA! Desfilan las botellas, van y vienen, tomo de una, tomo de otra, mar de sabores, océano de placeres, un trago de una, un trago de otras, ¡Brindis!

Me encuentro sentado en mi sofá ¿estoy acostado?, ¿estoy despierto?, ¿sueño?, ¿verdad?, ¿mentira acaso? Dos botellas vacías y el Tequila; varios vasos y el vasito; el licor que los llena como una cascada que desemboca en un río. Tomo el vaso de un solo sorbo, imágenes pasan por mi mente, ideas, pensamientos, recuerdos, todos forman un collage sin forma, lleno de colores, de sonidos y olores. ¿Levantarme? El sofá es cómodo, el suelo igual, mi cama igual, la pared también y no dudo que el techo no lo sea. Estoy en el patio, estoy en la calle, pasa un coche, llego al oxxo, un chocolate, 25 pesos se van, me despido de ellos, la calle, dos coches, mi casa, la puerta, ¿y las llaves? Deambulo por el jardín, saludo al perro, platico con el, le comento, el me comenta, me besa, me voy, apesta, me siento mareado, ¡UNA BOTELLA!, ¿ron?, bueno, algo es algo.

Al perro parece gustarle el ron, pero, mi perro es café, es extraño, pero, ¡Mi botella! El perro se la acabo, primero me besa y ahora se acaba mi ron, no, no , ¡NO! Me voy, la calle, ¿mi coche?, está en la casa de enfrente, cruzo la calle, es mi casa, abro la puerta, es mi hogar, con mi perro y mis botellas, EL TEQUILA, EL VODKA, EL WHISKEY, mis vasos, el vasito. Me acabo las botellas, subo las escaleras, entro a mi cuarto, todo da vueltas, recuerdo que tenia visitas, ese chocolate, ¡lo sabía!, me estafaron. Me quito la camisa, el chocolate debió estar echado a perder, ¿qué paso con las visitas?, ¿se fueron?, eran unas problemáticas, todo da vueltas. Mejor dormiré, mañana demandare al Oxxo y buscare a las visitas, regañare al perro y estacionaré bien el coche y compraré unas botellas, sí, unas botellas, y un nuevo vasito, y mas vasos, algo de Tequila y un nuevo perro, ¡qué no sea un alcohólico!



Mario Ovies Gage