jueves, 11 de noviembre de 2010

"Descripción"



Descripción









El aroma me detuvo. La caricia de un ángel delineó mi rostro. Me atrapó en sus garras, me sedujo, me cautivó. Fui presa fácil de tal encanto. Era el depredador perfecto, no pude zafarme de tal fuerza de atracción. La miré. El aroma pasa a segundo plano, era lo de menos. Trate de entender lo que mis ojos luchaban por ver. De mirada perdida, de pelo castaño, figura perfecta, musa de musas, divina entre las demás.

¡Oh mortal qué me atreví a mirarle! ¿Quién era yo? Me dejé llevar, perdí mi humanidad, no era digno de observar a tal creación. Yo era inferior, si es que existía tal punto de comparación. Yo una bacteria, ella el Sol. Caminó, se alejó. Mis ojos la acosaban, la escaneaban, delineaban meticulosamente aquel cuerpo intentando entender tal belleza. Las palabras se vuelven un suplicio, una carga, un estorbo al intentar describir lo indescriptible, luchar con la pluma a contracorriente. Intento escribir algo para lo que no existen palabras.

Voltea. Sus ojos de profundidad infinita me contemplan. Me desarma. Su angelical rostro sonríe. Retoma su camino. Se va.



“Hay momentos en que nos enamoramos de nuestras palabras.
No las dejamos ir, las volvemos nuestras, somos egoístas,
pues estamos enamorados”

Mario Ovies Gage

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