miércoles, 5 de octubre de 2011

Noche en el orfanatorio

Un grito rompió el silencio de la noche. La encargada se levantó y salió corriendo de su habitación. La luz de la luna se colaba por una de las cortinas, más rota pero igual de vieja y sucia que las demás. Una rata se escabullo al ver a la mujer corriendo por el pasillo.

Las maderas crujían con el paso de la mujer, el polvo se levantaba en busca de un nuevo lugar para reposar. Las puertas de las habitaciones se entreabrían, miradas curiosas la seguían queriendo saber que sucedía.

Los gritos seguían, cada vez más fuertes, una luz al final del pasillo alumbraba el lugar, dejaba ver las paredes despintadas y viejos tubos corroídos por la humedad. Un gélido aire invernal se colaba por un agujero en la ventana. El cristal, tan sucio por los años de olvido, atenuaba la luz de la noche.

Un grito aún más intenso le indicó a la mujer que ya estaba cerca, era la habitación más alejada, cerca de los baños, de la cocina. Llegó y abrió la puerta.

-¿Qué pasó Lalo?-

El niño yacía en el suelo en una esquina de la habitación. Guardó silencio al ver a la mujer.

-¿Qué sucede? ¿ has tenido una pesadilla?

-No, no fue un sueño- Contestó el niño intentando contener el llanto.

-Entonces, ¿qué fue? Si fue una rata llamaré mañana a Valentino para que la mate, pero por el momento no puedo hacer nada, debes regresar a dormir-

El niño se le quedo viendo, tras tomar aire contestó

-No fue una rata señorita Mary, fue otra cosa-

La encargada al ver la cara de preocupación, se le acercó, ella no solía ser muy cariñosa con los pequeños, y menos con los nuevos, no le gustaba que creyeran que era débil, ellos sabían de esas cosas, sentían la debilidad. Pero algo en la mirada de eso pequeño le dijo que algo no andaba bien, algo en la mirada de ese pequeño del cual nada más sabía su nombre le decía que algo malo estaba por suceder.

-¿Entonces?

-Mis padres señorita Mary, mis padres- El gesto en el rostro de Mary cambió, que los nuevos soñaran con sus padres era de lo más común.

-Súbete a la cama, todo va a estar bien- guardó silencio un momento y se aproximó al niño, en lo que te acostumbras, dijo casi para sus adentros.

El rostro del niño seguía pálido, y se quedó ahí, sin moverse un milímetro.

-Mis padres vinieron, ellos están aquí-

-Fue un sueño Lalo, fue solo un sueño, en eso recordó y mencionó algo de lo que se arrepentiría para siempre, tus padres están muertos-

-Lo sé, dijo el pequeño con la mayor indiferencia, pero están ahí, dijo señalando hacía la puerta.

Mary volteó, y el grito que dio tuvo la suficiente fuerza para despertar a todo el edificio.


"Porque en ocasiones necesitamos de una idea"

Gracias a mi amigo Jorge.

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