jueves, 1 de enero de 2009

"Noche de fiesta"


"Noche de fiesta"


Las campanadas repicaban, el padre levantó al santísimo, los creyentes oraban de rodillas. El año agonizaba, faltaban dos horas, el anciano miraba por la ventana, a una luna llena que lentamente se colocaba en el centro del firmamento.
El muchacho acudía a misa, como cada año, para agradecer, para dar gracias de todas esas cosas buenas o malas, para dar gracias de que seguía vivo. Escuchaba atentamente a la homilía del padre. Observaba a la gente que entraba, niños de gala, jovencitas con vestidos escotados, desde las más elegantes hasta las que acudían de mezclilla. La iglesia estaba abarrotada, en las entradas se encontraban decenas de personas de pie, escuchando atentamente la misa o platicando con sus vecinos. Había señores de traje, de manga larga, mujeres con vestidos exóticos y uno que otro excéntrico. Todos como año a año esperaban el banquete, la fiesta y la bebida. Todos como año a año esperaban pasar una noche espectacular en compañía de familiares y amigos. La gente platicaba, la gente escuchaba, la gente oraba, la gente esperaba. Las palabras del padre se escuchaban sobre todas las demás, palabras de aliento, palabras de esperanza, palabras que en unos entran y en otros salen, unos toman otros dejan.
Las campanadas repicaban, el padre levantó la ostia, consagraba el pan, sacrificaba al hijo del hombre, los creyentes de rodillas repetían: “Señor mío y Dios mío” El anciano recostado en su celda observaba entre los barrotes a la blanca luna, con una mirada de arrepentimiento exclamó:
-Señor mío y Dios mío. Dijo el muchacho de rodillas, con la mirada clavada en el suelo, sin levantar la mirada. El padre concluyó, el pan era carne, el vino era sangre, una promesa milenaria se volvía a cumplir, el muchacho oraba, con la mirada fija en el suelo. La consagración terminó, el padre se levantó, todos en la iglesia se levantaron junto con él, “anunciamos tu muerte” repetían todos, “proclamamos tu resurrección” ya todos de pie.
-Ven señor Jesús. Repitió el muchacho.
El anciano observaba por la ventana, débil por los años de encarcelamiento, debilitado por la vida, por sus problemas, por su egoísmo, por el odio que en el albergaba. Observaba la luna, brillante, reluciente, luna llena, pronto ocuparía su lugar en el centro de la bóveda celeste.
Las campanadas repicaban, la gente comía sus uvas, hacia promesas, se abrazaba, se besaba, se perdonaba, por un segundo todos eran felices, ignoraban los problemas, las deudas las crisis, todos tomaban, comían, se divertían, ignoraban la desigualdad, el desorden, las guerras, ignoraban la vida la realidad, se sumergían en su burbuja, en una burbuja de paz. El muchacho comió la última uva, ya era un año nuevo. ¿Cambiaría o todo seguiría igual? El anciano se recostó en la cama, ya era demasiado tarde para él. Había tomado un camino, correcto o incorrecto, solo el lo sabría. El muchacho suspiró, viendo por la ventana, entre un cielo nublado de pólvora, entre tantas estrellas se encontraba la blanca Luna que un anciano observaba antes de acudir a ella.

3 comentarios:

Juan Pablo Galicia dijo...

Este, por mucho, es el trabajo de ti que más me ha gustado.
Lo de siempre, "Él" lleva acento :P, porque estás hablando de una persona; no es lo mismo que digas "él se la llevó" a decir "el que se la llevó" jajaj

Feliz Año!

Ponxo dijo...

Hermoso. Me encanta la idea del arrepentimiento. Del anciano en la cárcel. Despidiéndose. Del simbolismo, el viejo que muere, con el año viejo, y el joven que algo nace en su interior, en el año nuevo.

Pero bueno, feliz año!

Liliana Muñoz dijo...

Igual a mí me gustó mucho la idea,es bonita. Jaja tú sólo escribe...la ortografía, la acentuación, la sintaxis y todo lo demás no es trabajo del escritor, sino del editor. García Márquez (por mencionar a alguien) mencionó alguna vez que él tenía la ortografía más espantosa del mundo pero una de las mejores agentes literarias, Carmen Balcells, y muchos editores que revisarían punto por punto cada una de sus desgracias lingüísticas. Claro que obviamente, tampoco es el chiste escribir barrabasadas pero que la envoltura no te limite tampoco XD Saludos!!