sábado, 31 de enero de 2009

“Máximo temor”

“Máximo temor”



Había llegado la hora, las ansias y el temor a entregarlas había provocado que el tiempo pasara volando. Ahora es tarde, dejé que pasara demasiado tiempo, se me agota poco a poco. Ese temor que consumía mi tiempo ahora se convierte en mi prisión, me mantiene inmóvil, no me deja mover ni un solo músculo de mi cuerpo, no me permite ni pensar, soy prisionero en mi propio cuerpo. Mi respiración es lenta y los latidos de mi corazón son ahora como tambor en clímax.

Me encuentro en la estancia final, a unos cuantos pasos me espera la bestia en su lecho, un enorme león que trae consigo mi muerte. Escaleras abajo, me espera la leona, en espera de que desista, en espera de que evite al león. Ante esta situación me pregunto: ¿A quien temerle más? A un león en reposo, con sus enormes garras y sus dientes filosos, o a una leona en espera, sigilosa y astuta. El león, después de pensarlo por unos instantes, es por mucho, la mejor opción. Por ahora no es la leona, ni mucho menos el león, lo que ahora me mortifica es mi misma mente. Traicionera juega conmigo, me hace sudar frío, me hace lamentarme sin aun confrontarme a mi destino.

Por eso estoy aquí, con el papel en la mano, a unos pasos del león, a unos pasos de mi destino, mi posible muerte, mi posible fin. Sigo sin moverme, un temor profundo circula por mis venas. Me hace retroceder, me hace pensar en otras opciones, en luz al otro lado del puente, me hace pensar en la leona, entregarme a ella, que me destroce, que me torture, pero a final de cuentas me llevara con el león.

Por eso sigo estando aquí, inmóvil, pensando que si entrara le entregaría la hoja, esto lo enfurecería, rugiría con rabia. Se lanzaría sobre mí, pero yo estaría preparado, correría y me escurriría de entre sus garras. Soy pequeño, soy ágil, soy una molestia para un león grande y de movimientos torpes. Correría escaleras abajo, saltaría uno que otro escalón, ya que eso me ayudaría a salir más deprisa. Pasaría de largo a la leona, abriría la puerta y escalaria la reja. El león tardaría en salir, ya que discutiría con la leona, abriría la puerta para toparse con que escalaría la reja. Todo eso me daría tiempo, lo aprovecharía, correría y correría, como si eso fuera una cacería. Ya que llevaría ventaja, doblaría en una calle o dos, intentaría borrar mi rastro, aunque sabría que mi olor me delataría. Yo comprendería que el león me atraparía, seria presa fácil, pero tendría el tiempo a mi favor, así que correría y correría, tal vez me escondería o hasta un árbol treparía. Todo dependería del tiempo, el me buscaría, a su olfato seguiría, mi temor el olería y en un momento el me encontraría. Para mi, todo dependería del tiempo, del tiempo en que tardara en encontrarme, de decidir seguir su olfato, en doblar en una que otra calle, en seguir mi rastro, en saltar la reja, en discutir con la leona, en abandonar su lecho, en soltar su furia, en agarrar la hoja.

Por eso, ya pensado todo esto, yo sigo ahí, inmóvil, de pie a unos cuantos pasos del destino, respirando lentamente con el pulso acelerado. Estoy parado en medio de la nada, con la hoja en la mano, a unos pasos de la habitación de mi padre. Donde el sin saber nada recibirá mis calificaciones.

8 comentarios:

D dijo...

Hola, andaba de surf por la blogósfera y me encontré con tu blog, me encantó como escribes, y por cierto, espero que no te haya ido tan mal.. jaja cuidate paisano

Ponxo dijo...

Lo bueno es que yo tenía buen promedio. Me la pelas XD

Ntc, me gusta. Ilustras bastante bien el temor del típico adolescente que truena sus materias. Hasta ahor ame doy cuenta del uso que haces de los símbolos para ilustrar cosas tan cotidianas.

Chingón.

Ponxo dijo...

10mo cuento en el último día del mes. Buena esa, Ovies, buena esa.

D dijo...

Que bien!! y que carrera es??

Anónimo dijo...

periodismo mas bien dirigido a la politica =D

Juan Pablo Galicia dijo...

Marios Ovies
tub:

jaja, ahora he notado que todas tus malas calificaciones no eran más que un ejercicio periodístico para descifrar el sombrío sentir de alguien que tiene que ser testigo de su propia tortura a manos de su boleta de promedios.
:)

mikelo22 dijo...

engo miedo del león hahasha bien kagado alfinal las calificaciones.... Esperaba qué fuera un maestro nose porque el león o mas bien el director

Anónimo dijo...

Buena historia, mas no de tus mejores...
Me gustó como usaste la psicología de un adolescente ante un temor para redactar la historia. El simbolismo es muy simple, y hasta cierto punto forzado. En general, y desde mi punto de vista, es una historia pasajera, atrapa al lector momentáneamente, pero no como para recordarla o re-leerla.